7.10.06

NO ME GUSTA




No me gusta oír hablar de extrañas crisis de extrañas economías. No me gusta oír hablar que en nuestra tierra sigue existiendo el paro. No me gusta oír hablar de jornaleros que tienen que infringir la la Ley para poder llevar algo de comida a sus hijos. Yo no quiero palabras ni conferencias del hombre, ni tan siquiera la mayor que se pueda imaginar.
La única verdad de todo es cuanto nos rodea. Solo amo el arrullo, ese canto grave y monótono de las palomas y tórtolas, o como conversa el viento entre las ramas de los árboles, o se enreda en mi cuello, o se pone a jugar con mis pocos cabellos. Me gusta que me sorprenda la noche conversando con la paz y el saber que se superan todas las disputas y problemas de la tierra.
Todo progresa y se dilata, nada se detiene. Estoy enamorado de cuanto germina al aire libre, de los hombres que viven junto al ganado, o al sabor del océano o de los bosques. Bueyes que hacen sonar el yugo y la cadena, o que hacen un alto en la sombra frondosa, expresan para mí más que todos los libros que se puedan leer a lo largo de una vida.
Es en el silencio donde mejor he oído mi interior, lo mejor que de mí pudiese haber salido alguna vez. He ido descubriendo y escuchando esa voz que no dejamos escuchar. Esa voz que nos dice a cada uno lo que somos y los errores y virtudes que todos poseemos.
Y luego me hablan de crisi, de paro y de leyes... palabras que rompen la armonía y me hacen ver la imperfección con que nos organizamos.
Abuelo Chano.
"Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza"
Calderón de la Barca.