11.4.10

¡LLEGÓ LA PRIMAVERA!


¡Llegó la primavera!.

El sábado 20 de marzo de 2010, a las 18h 32m hora oficial peninsular, se inicia la primavera en el hemisferio Norte, según el convenio astronómico. Esta estación durará 92 días y 18 horas.


Conforme van pasando las semanas, el paisaje se transforma. Los ríos se agitan, las cascadas se colman de agua, los brotes de las plantas se abren y rápidamente los árboles están en flor. Ya está, es la primavera. ¡Y toda la naturaleza es un espectáculo!

Las temperaturas cada vez más cálidas invitan a la excursión a pie, a la equitación, a la pesca, a montar en bicicleta, así como a una infinidad de actividades en todas las provincias andaluzas. La naturaleza está en constante evolución… ¡y es esplendorosa!
Los animales también disfrutan del buen clima y muchos de ellos se reproducen en esta época, las aves incuban sus huevos y hasta las abejas ponen los suyos. En las personas podemos notar igualmente el reflejo de una estación colorida y alegre. ("La primavera, la sangre altera").

Es un tiempo realmente especial, en el que diversión y sentimiento se combinan de manera espectacular en sus numerosas fiestas y ferias. La primavera también es una ocasión excepcional para disfrutar de la naturaleza y de sus maravillosos contrastes en parques naturales. Además de poder conocer el valioso legado histórico artístico andaluz con las agradables temperaturas primaverales, los amantes de la cultura también encontrarán una amplia y variada agenda de actividades que incluyen música, exposiciones, danza o teatro. Son sólo algunos de las sugerentes propuestas que le ofrece Andalucía durante la primavera.

Los pueblos de Andalucía forman un panorama de variada y compleja riqueza. En ellos se encuentran reflejadas las civilizaciones y culturas tradicionales. Su fisonomía y sus atractivos son muy variados, en función del emplazamiento y de su historia. Pueblos de montaña y de llanura, de costa, de marisma y de sierra. La geografía andaluza también es rica en pueblos-fortaleza, en castillos y monasterios medievales, antiguas posiciones fronterizas en enfrentamientos seculares.

En primavera, Andalucía se llena de colorido, fiesta y sabor para lucir en todo su esplendor. El ambiente tan especial que desprende el sur de España, la alegría de sus gentes y el hermanamiento se siente como nunca en esta época del año, cuando se celebran algunos de los eventos más internacionales y conocidos de esta tierra. Son momentos que le dejarán recuerdos imborrables. En un sentido amplio los pueblos andaluces se suelen identificar por el general empleo de la cal, que acabó imponiéndose por razones de higiene y por su pasado musulmán, que ha dejado su impronta en muchos elementos constructivos. Formando racimos en las laderas orientadas al sur, estos pueblos y villas son un modelo insuperable de micro-clima creado por el hombre: casas de dos plantas para distribuir la vida entre verano e invierno, dotadas de patios con fuente y abundante vegetación, provistas de miradores acristalados. Su imagen se ha convertido en un arquetipo en el que se consigue armonizar la utilidad y el placer del reposo. Una experiencia adquirida durante siglos para adaptarse a un clima que tiene al sol y a la luz como compañeros inseparables. Andalucía, patios encantados creados por la naturaleza.

Cada vez son más los que desean el encuentro con la naturaleza, la vida rural, los pequeños pueblos, las viejas costumbres, las tradiciones. Pero hay algo único, peculiar y diferente en los pueblos andaluces y es el carácter de sus habitantes. Gente amable, acogedora y hospitalaria. Aquí nadie se siente extraño y un cálido ambiente envuelve al visitante, proporcionándole recuerdos inolvidables. Andalucía es como la primavera. Andalucía es hombres viejos fumando Ducados y gritándose entre si. Es caminar carleando cuesta arriba, resoplando por el calor, para llegar a este bar dónde te sirven tu bebida favorita. Es el vino de los pueblos de Andalucía. Es el color del cielo, el color de sus ojos, es la velocidad al hablar, el sentido de humor que no coges por que entiendes muy poco, pero te ríes igualmente. Porque Andalucía te sonríe.

Desde los tiempos más remotos, el hombre, cuando no puede comprender el mundo externo que lo rodea, crea representaciones míticas. Así, la humanidad ha llegado ha mitificar desde la salida y la puesta del sol hasta los fenómenos atmosféricos, el crecimiento de las plantas, el nacimiento y la muerte. La primavera es la estación del renacimiento... así lo entendieron la gran mayoría de las religiones antiguas y, a partir de ello, levantaron muchos de sus mitos. En este contexto, la primavera es vista como lo muerto que renace. Una vez más ocurre el milagro: de los árboles deshojados renacen nuevos brotes y, una vez más, hay cosecha, es decir, vida Mahoma decía: "No hay gota en los mares, ni fruto en los árboles, ni planta en la tierra que no tenga en cada semilla un ángel que cuide de ella". La naturaleza está entonces ligada a lo sagrado y protegida por los guardianes de Dios para que al hombre no le falte el sustento. Para algunos pueblos eslavos y escandinavos, por ejemplo, los templos consagrados a sus dioses eran bosques, lagos y árboles sagrados, pero todos celebraban festivales que podían durar semanas porque para todos los pueblos la primavera siempre era algo festivo.

Andalucía tiene glamour sin estrellas, es rica sin dinero, de corazón caliente y acogedora. Andalucía te sonríe.

Abuelo Chano.

Días blancos de primavera,
guarda el fruto este blanco azahar de hoy.
Que brille la vida entera en primavera,
dentro y fuera vuelve el sol.