Andalucía tiene tres símbolos oficiales: Escudo, himno y bandera. Y habría que añadirle otros tres no oficiales: La estrella tartésica, esencialmente andaluza, estrella de ocho puntas, la cultura y el idioma.
Pero no voy a hablar del himno, de la bandera, ni de la cultura de este pueblo que ha asombrado a todo el mundo. Voy a referirme solamente a La Lengua.
El origen del andaluz hay que buscarlo en la lengua romance hablada en Al Andalus, llamado así por los geógrafos e historiadores árabes para designar a la península Ibérica bajo poder musulmán durante la Edad Media (711-1492).
La primera imagen que se nos viene a la memoria cuando hablamos del legado que hemos heredado de la civilización andalusí es la de algunos de los mayores tesoros que guarda el arte arábigo-andaluz, la Alhambra, la Mezquita o la Giralda.
Al contrario que otras lenguas latinas, el andaluz jamás ha tenido un marco político adecuado, en el cual lograr su dignificación, normalización y oficialidad. La lengua como tal tiene infinidad de aspectos, los cuales van de los culturales a los económicos, pasando por los políticos.
Ningún sistema lingüístico ( o lengua ) es mejor que otro, nada hay por lo tanto en el andaluz que lo haga ser peor, o mejor que el resto de sus hermanos ibero-romances. La situación actual del andaluz, no es por lo tanto, el resultado de la evolución natural de las lenguas de la península Ibérica. Su desprecio, ridiculización, persecución y marginación, no se debe a causas lingüísticas, y sí a perjuicios ideológicos, étnicos, políticos o nacionales y a intereses económicos y culturales.
Cuando un andaluz intenta imitar el habla de los castellanos, suele hacer el mayor de los ridículos. Veamos un ejemplo: en televisión aparece un señor que constantemente repite la misma cantinela en andaluz: "po sí". Al oir estas dos palabras, todo el estudio, incluidos presentadores e invitados se parten de risas, como si hubieran escuchado el mejor de los chistes. Ahora, alguien nos hace una pregunta y tenemos que contestar con la misma frase que el "personaje" de la tele. ¿Qué hacer? Si hablamos en andaluz podemos provocar igual risa ruidosa.
¿Seremos el hazmerreír de nuestro interlocutor? No sabemos qué responder... dudamos... al fin se nos ilumina el semblante, y con una sonrisa de satisfacción contestamos: "puess sis". Cuando los actuales medios de comunicación ridiculizan el andaluz, no hacen nada nuevo. Todo esto viene de muy atrás. Por ejemplo, el 23 de noviembre de 1925 se celebró en Andalucía "la cruzada del bien hablar".
La imposición del castellano y la represión del andaluz que se ha llevado durante siglos a través de la escuela, ha calado tan hondo en el subconsciente de los andaluces que, sin querer, de manera automática, se tiende a "pronunciar bien" cuando se habla en público. Pero confundimos pronunciar bien -o sea vocalizar, empleando las palabras en sus justas acepciones, con coherencia y riqueza de vocabulario- con pronunciar imitando el acento de los habitantes de Valladolid. En este aspecto, los discursos de los políticos andaluces suelen causar vergüenza ajena, si en Andalucía hay una tremenda falta de identidad, en nuestros políticos, sean del matiz que sean, este déficit raya en el esperpento.
¿Qué hablamos los andaluces? Algunos lo tienen muy claro: los andaluces y las andaluzas, hablan castellano, pero como son muy torpes y muy analfabetos, lo hablan muy mal, “castellano mal hablao”, por lo que hay que estar constantemente corrigiéndoles y enseñándoles. Se olvidan que El andaluz es utilizado por unos 10 millones de personas, en el sur de Badajoz, zona costera de Murcia, nuestra Comunidad Autónoma Andaluza, el territorio británico de Gibraltar, Ceuta y Melilla. Por lo tanto, si uno quiere demostrar que es un poco más culto que los demás, debe imitar el habla de los castellanos. Pero hay otros que no lo tenemos tan claro. Yo, por ejemplo estoy muy orgulloso de mi forma de hablar, pronuncio igual en todos los sitios y no me considero ni más culto ni más inculto que un castellano medio. ¿Y qué me dicen ustedes cuando además nos están obligando a pronunciar en Ingles?. Como anécdota os voy a contar lo que me pasó en un par de ocasiones que por asuntos de trabajo estuve dos años viajando todas las semanas a Madrid. Una vez en el Ave de Sevilla a Madrid, le pedí a la azafata una Bailey, y la muchacha mu sorprendía me preguntó tres o cuatro veces ¿Cómo, cómo?. Hasta que por fin, como me había ententío, me dijo: ¡Ah, usté lo que quiere es un Beili, verdad?. Y le contesté; no, no, lo que pone en la botella, Bailey. En el avión y con la misma cachorreña, por mi parte, le pedí a la azafata un Ballantinés, igualmente “sorprendida” se hizo la tonta hasta que me contestó: ¡Ah, usté lo que quiere es un Whisqui Balantay. Me lo sirvió y acabó la historia.
El andaluz en vez de decir pues dice po, o en vez de decir nada dice ná, en vez de decir para acá, dice pacá, no dice voy a casa de Paco, dice voy ancá Paco, no decimos cuanto más, sino contrimá. Somos tan rico con nuestra lengua que ocasiones en vez de decir pagar al contado, decimos pagá al tocateja. Cuando se le está contando a algún amigo que hemos estado en un sitio donde había muchas personas, no decimos yo quisiera que tú hubieras visto, decimos yo tomara que tu viera la gente que había allí. Tenemos el vocabulario más intenso que nadie. En los pueblos andaluces subirse uno en las espaldas del otro, se dice de varias formas: a horcadilla, a cuestas, en otros lugares en borricate y aquí en Chiclana decimos Encamitocamé. Tú te subes a mis espaldas y ahora me toca a mí. No somos ni listos ni espabilaos, sino unos catetos que no sabemos hablar. Po, se disguste o moleste quién sea, nuestra forma de hablar hace que el andaluz esté vivo, y el castellano, muerto.
Además. ¿Quién empezó antes?. Dicen que el castellano comenzó en uno de los monasterios de San Millán de la Cogolla, La Rioja, Donde encontraron unas anotaciones, conocidas como Glosas Emilianenses. Pero Samuel Miklos Stern húngaro de origen israelí, nacionalizado inglés, descubre en 1.948, que, al final de unas poesías andaluzas en árabe, hay una parte en el idioma "vulgar" de los andaluces de entonces y del que se creían no existía constancia escrita. Y la lía. Porque esas poesías son del siglo VIII, Cientos de años antes de la primera referencia del castellano escrito.
La aljamía, nombre que le dan los gobernantes musulmanes a la lengua que hablaba el pueblo andaluz, y que significa lengua no árabe, es una lengua romance derivada del latín. Es la lengua de nuestros antepasados, que aún hoy, y sin que lo sepamos, impregna nuestra cultura. En las propias Glosas de San Millán de la Cogolla, consideradas como los primeros textos donde se escriben párrafos completos en "castellano" y, según el historiador e investigador granadino Manuel Gómez Moreno aparecen términos aljamiados con raspaduras de haber eliminado multitud de anotaciones en árabe, aunque algunas se les han escapado. Han convertido al pueblo andaluz en un pueblo apático, robándole su memoria, violando su cultura, negando su identidad.
Fragmento Poema en Aljamía
Ódi escoyí una flor del campo, e yera una flor andalusina, porque yera una rosa con pétalos branditos, e con un aroma o fragrançia de la natura.
Y la cojí y absorbí su bello perfume, cual me volvió loco, y me dejó enamorado. Quizás por su belleza.
Yera la máis chamila muyer que hei bisto ante, yera la máis bela andalusina, que hei conoziesto nunca.
Hoy escojí una flor del campo, y era una flor andaluza, porque era una rosa con pétalos blanditos, y con un aroma o fragancia de la naturaleza.
Y la cojí y absorbí su bello perfume, cual me volvió loco, y me dejó enamorado. Quizás por su belleza.
Era la más linda mujer que he visto antes, era la más bella andaluza, que he conocido nunca..
Después de ochocientos años de dominio musulmán en el que la lengua culta es el latín y el árabe. La aljamía sigue siendo la lengua que utilizan todos los andaluces, desde el campesino hasta el califa, en sus conversaciones familiares e informales. La lengua es la creación colectiva y expresión verbal propia de todo un pueblo. Y ahora bien, ¿no es cierto que Andalucía posee 3.000 años de historia? Es decir, nos avalan 3.000 años de historia, a España sólo 500, ¿Qué pasa? ¿Qué tenemos que seguir siendo el culo de España y Europa? ¿No podemos ser los dueños de elegir nuestro propio futuro, algo que tienen derecho todos los pueblos del mundo?.
Pues no, ya entonces tuvieron que llegar la gente del norte para empezar con las prohibiciones. El rey castellano Felipe II en una pragmática el 6 de octubre de 1.572. Decretó penas de muerte para aquellos que quisieran volver a sus tierras natales, y prohibiéndoles el uso de su lengua. Hoy, se conserva todavía en el léxico y la fonología andaluza y en el léxico castellano debido a las sucesivas incorporaciones de sus términos que los invasores efectuaron en las sucesivas etapas de la conquista de Andalucía. Los andaluces de entonces eran según los castellanos: “torpes en sus razones, bestiales en su discurso y bárbaros en su lenguaje”. Sí, los andaluces somos torpes y flojos. Sí claro, unos vagos nuestros jornaleros, trabajando de sol a sol, nuestros emigrantes, que levantaron la economía de Cataluña, Euskadi, Francia, Suiza y Alemania. Los andaluces unos perezosos.
Pero eso es lo que somos para España, un grupito (7 millones y medio de habitantes) de juerguistas que se llevan todo el año de feria, romería y carnavales. ¿Y qué hacemos para solventar esto? Pues coger una vez al año, nuestra arbonaida (que en aljamía significa la verde y blanca, la bandera más antigua de Europa, (del siglo XI) y ondearla al viento cada 28 de Febrero y ya está.
¿Por qué nos avergonzamos tan a menudo de nuestra cultura, de nuestra forma de ser, de nuestra forma de entender la vida, de nuestra forma de hablar? Quizás porque no sepamos, o no recordemos, que mientras toda Europa en plena Edad Media vivía bajo la sombra del feudalismo, en Al - Andalus se hablaba de cultura, de artes, de arquitectura, de filosofía y de Aristóteles. Y respecto al habla, ¿realmente hablamos un castellano mal hablado, o es que lo que sucede es que no conocemos que un día tuvimos una lengua reconocida por la UNESCO como una de las dos lenguas desaparecidas de Europa que fue prohibida bajo pena de azotes y galeras en la pragmática dictada por el rey Felipe II? Pero ¿realmente ha desaparecido o aún perdura la fonética de la aljamía? ¿Por qué en vez de sentir vergüenza no hacemos un esfuerzo por recuperarla?
Mi pasión por la lengua andaluza, me ha llevado a estudiar el origen de las palabras que pronunciamos en todos los pueblos de Andalucía. Llevo más de cinco años recopilándolas, y debo tener unas diez mil palabras andaluzas. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, ha tomado como suyas, como castellanas más de cuatro mil voces de origen árabe-andaluz. ¿Conocéis alguna de ellas?. Por ejemplo: Albóndiga, aldea, alfombra, alcantarilla, algodón, almacén, alcázar, algarabía, almanaque, alquería, azahar, almohada, álgebra, aceite, alcohol, azúcar, café, alcalde, alférez, almirante etc. Así hasta cuatro mil.
¡Bendita la tierra que Dios me ofreció!
¡Bendita su gente, bendita su luz!
¡Bendito el orgullo que mi alma sintió,
de ser andaluz!
Abuelo Chano.
PD. Este artículo está desde el 28 de junio 2007 en en un blog titulado: Identidad Andaluza, de donde corresponde esta última fotografía.