1.5.11

Se paró el reloj chiclanero





Todos nos despertamos con el tic-tac del reloj. Este instrumento que nos permite medir el tiempo. Pero todo tiene su fin. El 18 de abril 2011, después de luchar intensamente con una larga enfermedad, nos ha dejado el relojero oficial de Chiclana.
Pedro “el relojero”, como cariñosamente todos le llamábamos. Chiclana ha gozado de profesionales de todos los gremios. Pero en estas fechas, el único encargado de hacer este meticuloso trabajo artesanal, en todas las relojerías de nuestra localidad, era nuestro entrañable amigo Pedro Parra Barbosa. ¡Ah! por cierto, también era el relojero oficial de nuestro Ayuntamiento y del “Arquillo del Reloj”.
Hombre apacible y bonachón con carácter serio. Muy amigo de sus amigos. Lo conozco de toda la vida “¡hola y adiós!”, pero además, para conocer bien a una persona, no es necesario entablar conversación y mantener una amistad profunda. Raro era el día que no lo veía con su paquetito en las manos entrando en una joyería. Como os podéis imaginar, ahí en ese envoltorio, llevaba sus horas de trabajo manual. Recogía cada mañana de todas y cada una de las “relojerías”, esos instrumentos pequeños que nos permiten medir el tiempo. El reloj de pulsera - automático o de cuerda-, reloj de bolsillo, reloj de salón o pared. A medida que ha ido evolucionando la ciencia y la tecnología de su fabricación, Pedro iba reciclándose y actualizándose autodidácticamente. Supo profesionalmente– lograr vivir con su arte en la relojería. Todos sus amigos y conocidos, nos sentimos muy tristes por la ausencia de este buen hombre.


El pueblo ha perdido a una buena persona y muchos, incluidos sus vecinos de la Barriada Pintor Federico Godoy, han perdido a un querido amigo. Y todos, hemos malogrado al más noble y a uno de los mejores relojeros que ha dado Chiclana a lo largo de su historia.


Su corazón se quedó sin cuerda y nadie queríamos aceptar, que había llegado la hora y nuestro amigo relojero se tenía que marchar.Su reloj anduvo pocos años; Se paró próximo a su jubilación, pero seguirá recordándonos al amigo que nunca nos defraudó. A él ya no lo veremos entrando en las joyerías, ha sido contratado por su divinidad, para poner a punto el reloj celestial.

Abuelo Chano.