UN BUEN HOMBRE EN CHICLANA
Don Javier de la Cruz Cortijo, médico que nos vino de Villanueva de la Serena (Badajoz). Se afincó en Chiclana ganándose un gran prestigio y la estima de sus vecinos por sus grandes cualidades humanas, de las que me gustaría destacar la atención gratuita que prestaba a los más necesitados. Comenzó como militante del Partido Republicano Radical Socialista, finalizando en Izquierda Republicana. Defensor de los más débiles, padeció unas legislaturas muy convulsas durante el tiempo que estuve al frente del Ayuntamiento como Alcalde de la ciudad.
No lo tuvo que hacer muy mal cuando, al estallar la guerra civil, encontró en el convento de las monjas el refugio que necesitaba. Después de pasar por Campano y por El Colorado, permaneciendo oculto durante la guerra, falleció el año 1944 en Cádiz donde estuvo enterrado, hasta que los restos fueron trasladados al Cementerio Mancomunado de la Bahía de Cádiz en Chiclana.
Lo llamaban para atender a un pobre enfermo y aparecía rápidamente. ¿Qué creen ustedes amigos míos que hacía?: No cobraba nada por su consulta domiciliaria. Si el enfermo era un niño pequeño, le daba a la madre, además del medicamento necesario, dinero para que comprara leche para su hijo.
Chiclana, está en la obligación de hacerle a este buen hombre, un merecido homenaje y nombrarlo hijo adoptivo de nuestro pueblo.
Procuraré ampliar esta brevísima reseña, de una persona que dio su vida por el pueblo y la gente que lo acogió.
El Abuelo Chano.
No lo tuvo que hacer muy mal cuando, al estallar la guerra civil, encontró en el convento de las monjas el refugio que necesitaba. Después de pasar por Campano y por El Colorado, permaneciendo oculto durante la guerra, falleció el año 1944 en Cádiz donde estuvo enterrado, hasta que los restos fueron trasladados al Cementerio Mancomunado de la Bahía de Cádiz en Chiclana.
Lo llamaban para atender a un pobre enfermo y aparecía rápidamente. ¿Qué creen ustedes amigos míos que hacía?: No cobraba nada por su consulta domiciliaria. Si el enfermo era un niño pequeño, le daba a la madre, además del medicamento necesario, dinero para que comprara leche para su hijo.
Chiclana, está en la obligación de hacerle a este buen hombre, un merecido homenaje y nombrarlo hijo adoptivo de nuestro pueblo.
Procuraré ampliar esta brevísima reseña, de una persona que dio su vida por el pueblo y la gente que lo acogió.
El Abuelo Chano.